lunes, 29 de marzo de 2010

toma partida

Es increíble que cuanto más inspirada te sientes en la vida, menos palabras te salen para expresar como es esa sensación. Hace meses que vivo en una especie de sala a parte del resto, que veo las cosas desde fuera, cosas que yo he vivido y cosas que veo que podrían ocurrir. Y desde aquí se ve todo como un poco todo más fácil, pero a veces no implicarte en las situaciones de los demás hace que desaparezcas por completo de sus vidas. Por eso, hay que tener siempre un punto intermedio entre el estar y el no estar, puedes decidir mantenerte al margen, no meterte en esas cosas que crees que no te incunven y tomar asi una alternativa respecto al resto.
Soy de las que opinan lo contrario, vive, y no te mantengas al margen, nunca te mantengas al margen, y si como yo estas desde hace tiempo en una sala a parte, SAL, toma partida y lucha por hacerte notar, por que los demás vean que a pesar de todo tu vas a seguir siempre ahí. Aportando la diferencia a aquello que algunas personas se refieren con la palabra "nunca".

/lut

Redacción- Después de todo

Era ya tarde, estaba segura, su reloj se había quedado sin pilas y necesitaba saber que no llegaría antes del tiempo acordado, pero tampoco quería hacer esperar a aquella persona que tanto tiempo llevaba añorándola. Cogió un taxi e indicó la última calle a la derecha, siguiendo sus órdenes el conductor doblo varios edificios hasta llegar a un cruce de semáforos y saltando dos de ellos en rojo la llevo hasta su destino. Y allí, esperando mas de una hora, estaba él, camisa de cuadros, pantalones pitillos y unas converse último modelo recién estrenadas. Se bajo y lo primero que hizo fue darle un abrazo, él se dejo llevar hacia mucho tiempo que no la veía.

- Que guapa estas! Y que ganas tenía de verte.

- Eso espero, espero que me hayas echado mucho de menos

Y así de esta manera, los dos se sonrieron. Recordando como había sido todo hace algún tiempo, todos sus momentos juntos, todas las tardes, mañanas y noches. Y la última, la última y mas dolorosa de todas, y el motivo que los había separado. Pero allí estaban otra vez, en el lugar que habían decidido quedar hace ya algunos años, 5 exactamente. Comenzaron a andar.. con pensamientos el uno de el otro, un “que guapa estas “ “que ganas tenia de verte” recorría sus mentes. Pronto llegaron al aeropuerto, con sus respectivas maletas, la de él azul clarita y la de ella un poco más oscura. Le dio su billete de avión, asiento 023 y a su lado el 024 iría él.

- Pasajeros con el vuelo a París, puerta de embarco nº 13

Sofía miro su billete, era su vuelo aviso rápido a su madre que estaba intentando mantener una conversación con un señor de aspecto demacrado que parecía que no encontraba su puerta de embarque, parecía que no se entendían. Asique Sofía decidió ir a por su madre tirando de ella.

- Pero Sofía..que que? Que pasa hija? Estaba..

- Mama, no te entiende no vas a conseguir nada, además tenemos que irnos, NO VES- Sofía señalo la puerta 13- es la nuestra venga, ya nos han avisado.

Sofía estaba realmente ilusionada con aquel viaje, paso su billete y se fue yendo por las cintas que marcaban el camino hasta el avión, su madre la seguía un poco mas retardada y despistada, probablemente seguía pensando en aquel pobre señor desorientado con el que se había encontrado. Llegaron al avión y al otro lado del pasillo Sofía vio a un guapo chico moreno, con unas converse que a ella le encantaban, siempre había querido unas pero su madre nunca se las había dejado comprar, que rabia le daba siempre que no le permitiera hacer algunas cosas, ya tenía una edad decía ella. Aunque en realidad Sofía seguía soñando con cuentos de Disney, sueños irreales, pero realmente esos sueños están al alcance de cualquier persona. De diez años. De veinte. O incluso de treinta.

Siguió observando y al lado de aquel guapo chico estaba una joven mujer, parecía mayor que el pero la verdad es que era muy guapa, iban hablando bastante entretenidos, daba a entender por aquellas historias que contaban que no se veían desde hacía años. Cuando llegaron a París, él intento impresionarla con una cena al lado del Sena, mas tarde un paseo por los campos Elíseos y más tarde aún una bañera con agua caliente en el hotel para ellos dos.

- Te has dado cuenta, hemos coincidido en todos los lugares con esa niña siempre en nuestras excursiones?

- Anda, pensé que no te habías dado cuenta, sí yo también las vi en todos lados, y a su madre también, bueno supongo que será su madre..nos están persiguiendo seguro eh

- Su madre? No la he visto.Anda ya, mira que eres tonta, seguramente también mañana las veamos en Disneyland

- Imagínate que ellas también estén aquí por algún motivo como el nuestro

- Una celebración? A Saber..

Llego el día, Sofía se levanto lo mas rápido que pudo, se metió en la ducha y a los quince minutos ya estaba fuera secándose. Preparada para salir levanto a su madre que estaba todavía en la cama. La Cenicienta, Pocahontas, Pluto.. sueños de pequeños y de no tan pequeños, un lugar de encuentro. Y de aventuras. El y ella decidieron meterse en aquel laberinto de Alicia en el país de las maravillas, tal vez con la esperanza de que a ellos también les pasara lo mismo que a aquella niña en la película. Sofía y su madre hicieron lo mismo. Recorriendo senderos, se dieron cuenta de que los cuatro estaban perdidos en el mismo laberinto, y de que no sabían como llegar al centro, por el camino se fueron encontrando una serie de marcas que les indicaban como ir avanzando para llegar al final. En una de esas indicaciones los cuatro, cada uno por su lado, vieron una que ponía: “En el centro encontraréis algo que cambiará para siempre vuestras vidas". Entre charcos, obstáculos y algunos árboles que se interponían hasta llegar a la meta, consiguieron llegar a su destino.

Se vieron y los cuatro se reconocieron al instante, el chico de la camisa azul y su un poco mas vieja acompañante, la niña que parecía perseguirles durante el viaje y…

- Mama..

- Antonio..

Sofía y la acompañante de aquel chico no entendían nada, ellas también se habían reconocido pero no de la misma manera que sus acompañantes. Pronto la madre de Sofía se acerco a chico de la camisa azul, estaba tan cambiado, otra vez, volvían a verse después de todo el daño, sufrimiento y lágrimas, allí estaban, en el lugar en el que los sueños siempre se hacen realidad. No sabían apenas que decirse, este podría ser otro comienzo, el comienzo que nunca habían tenido.

10 años atrás, Antonio se había ido de casa de su madre, estaba cansado de todas las veces que ella le echaba las culpas, de todas las veces que había echo de su hijo una carga. Cogió sus maletas y se largo. Ahora, una madre y un hijo volvían a encontrarse con sus respectivas vidas formadas otra vez por diferentes hilos.. aquella tarde los cuatro volvieron a compartir otra vez aquello que les había faltado durante tanto tiempo. Sofía y la chica que acompañaba a Antonio, que por cierto se llamaba Ana, se enteraron de que estaban en París porque el 21 de febrero era el cumpleaños de ambas, y aquello era un regalo. De un amigo y de una madre. Gracias a eso, Antonio y Marisa recuperaron algo que habían perdido, el amor de una madre hacia un hijo, la esperanza.. las ganas de volver a intentar aquello que en un presente falla.

/lut

jueves, 25 de marzo de 2010

otro más (:


Ya no me entiendo, lucho cada día por esa duda que me asalta de vez en cuando...
pero más tarde..más tarde esta lo que siento, es una sensación que ya he sentido otras veces ..pero ya se sabe que todas son diferentes, y esta vez..me estoy lanzando al vacío por el, solo espero que sepa valorarlo. Que sepa de verdad que todo es diferente a su lado..

Ahora vivo entre una alegría insospechada..tengo un motivo.
Y es mio, y de nadie más

/lut

sábado, 6 de marzo de 2010

6


Agarraste su mano, y lentamente muy lentamente comenzaste a apretarla..cada vez con mas intensidad.. hasta que no te quedaron fuerzas.
Cuando la soltaste..sus dedos se relajaron posándose en la palma de tu mano...

y notaste como se quemaba por dentro..

Texto sin acabar.

/lut