A veces es complicado reconocer lo poco que se sabe. Otras, resulta asombroso ver como nuestro propio instinto es capaz de desenvolverse ante el pánico. O en una situación normal.
Quizás cuando uno pide un deseo realmente este vaya a parar a un pozo. Un hondo, muy profundo, infinito. A veces los deseos caen sobre el montón, pero otras se mezclan y quedan situados justo en el fondo.
Un día pedí un deseo, y se cumplió.
Ayer pedí uno espero ver como se hace realidad.
Hoy he pedido otro y espero que se cumpla.
Mañana pediré otro.
/lut
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