miércoles, 8 de septiembre de 2010

+


El estremecer de un escalofrío, dice palabras escondidas. Dos lágrimas pequeñas. Ahora. O nunca se dice, se piensa, un te quiero. En un mismo segundo, bajo la misma luna y respirando el mismo aire y el mismo sol. Muchos ríen y otros lloran esperando a que algo les quite el dolor. De haber perdido. De soñar. De todo. Que quieren saber que hacer, un día así, para los dos. ¿ Dónde quedan las estrellas? ¿Dónde?

Donde millones de personas se esfuman y se queda la tierra para los dos. Les gustaría crecer en un instante y poder retomar la absurda imaginación de aquel que invento el viajar.

París. Bajo la torre EIFIEL, iluminada, besándose las parejas que junto un otoño de amores escondidos, sonríen al crepúsculo. Llega la madrugada. Y marcha atrás.
En un Abril amargo de silencio. Dos presencias se animan dándose amor en un colchón. Con un cenicero de motivos apagados, niebla y penumbra fuera de esa habitación.
Puerta cerrada a cal y canto, en un suspiro recogido todo, en un viejo tic tac del reloj.

/lut

No hay comentarios:

Publicar un comentario