Aquel vacío extraño recorría mi pecho hasta llegar al estomago, pensé que aguantaría pero sus escasas ganas me desmotivaban a mi también.
A veces me preguntaba como podía aguantar sin poder tocarlo o poder hablarle, pero mi frialdad se debía a los desechos acumulados de tiempos ya lejanos.
Aun así era a mi a la que le tocaba seguir.. tenía todavía unas cuantas cosas claras..Mis días seguían llenándose de esperanza, de esa esperanza que llena almas, de esa que nunca se pierde.
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