jueves, 3 de septiembre de 2009

25

Era ya tarde, estaba segura, su reloj se había quedado sin pilas y necesitaba saber que no llegaría antes del tiempo acordado, pero tampoco quería hacer esperar a aquella persona que tanto tiempo llevaba añorándola. Tomo aire y antes de salir se miró nuevamente en el espejo, estaba preciosa, y ese día ella lo sabía, así que se sonrió a si misma y cogiendo su bolso cerro la puerta con un pequeño empujón.

Tenía el presentimiento de que aquel 21 de febrero sería un buen día, caminaba por la calle sin prisa pero en cambio su corazón parecía latir dos décimas de segundo más rápido. A medida que se iba acercando al lugar donde se encontrarían sus pensamientos eran cada vez más diferentes. Hacia 9 años que no lo veía, ahora el tendría 24 años, uno más que ella, sería el mismo? Sabía que los años pasaban factura pero tenía que encontrar la esperanza en aquellos ojos marrones que un día la habían enamorado.

Llego a la playa, aquel lugar.. le traía tantos recuerdos. Se sentó en la calida arena, notaba como la brisa del mar le bañaba la cara y ondeaba todo su pelo. El sol se estaba yendo poco a poco y el todavía no había llegado, no estaba para cumplir su promesa. Ahora sí tenía miedo se estaba consumiendo con el sol, y él no apareció, no había llegado a tiempo a su cita, el día que habían decidido ver la puesta de sol juntos…

No podía entenderlo quería marcharse..pero de pronto una sombra la paralizo, le borro esos pensamientos, era él. Se sentó a su lado en silencio, sabía que era ya tarde y la cara de ella denotaba que estaba enfadada, permanecieron en silencio un largo rato, impasibles. Miraban al horizonte con aquel silencio marcado por el compás de las olas del mar. Ella no pensaba abrir la boca, seguía allí sentada esperando alguna respuesta, necesitaba acercarse, oír su voz, ver que aquello era real. Un tímido gesto pronto hizo que la mano de él tocara la suya, ahora si estaba nerviosa.

Pero no pudo resistirse y le sonrío, hacía muchos años que no veía aquellos ojos marrones, que cambiado estaba, aquel había sido su sueño de verano en 1992 cuando él se había tenido que marchar y diez años después aquel 21 de febrero su sueño de verano volvió con un montón de nuevas esperanzas en la mochila de sus recuerdos.

/lut.

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